Atacaba a cualquiera que se le acercara al box, fuese a lo que fuese! Daba golpes con las manos en el suelo, chillaba... ¿Qué habría pasado aquella gata para acabar haciendo eso?
Porque no, un gato no es malo porque sí, a ella se la han hecho pasar putas allá donde haya estado antes de ser rescatada.
Poco tiempo después en otra visita al Jardinet apareció una pareja que decidió acoger a Whitney en su casa. Aunque no sea una adopción, una acogida sería buenísima para ella: podría salir del box y ellos tendrían dedicación exclusiva hacia Whitney.
Mejoró practicamente al llegar a casa. Dejó de atacar cada vez que alguien aparecía por su lado y aunque seguía siendo bastante especial, mejoró mucho.
En agosto Whitney y yo volvimos a cruzarnos. Se vino a casa unas semanas, sería su canguro :-)
El viaje malísimo, y la llegada a la caseta peor. No vamos a negarlo.
Sus primeros encuentros con el aire, alguna mosca... Buf... Fatal.
Pero Whitney fue cambiando, ya jugaba detrás de las moscas y venía a recibirme cada día a la puerta de la caseta.
El contacto con ella era durillo, si el aire la rozaba se ponía muy nerviosa, si yo la tocaba con algún juguete, igual. Pero cada vez se iba confiando más de su vida aquí. Incluso llegó a restregarse en mis piernas cuando iba a comer y a jugar con Óscar!
En septiembre Whitney volvió a su casa, y sigue esperando una familia definitiva.
Realmente la echo de menos, y le tengo un gran cariño.
A Whitney habrá que cuidarla mucho, darle mucho cariño, aunque al principio sólo sea hablando (porque se sentaba a escuchar cuando le hablaba!!), y si a Whitney no le gustan los juguetes de plumeros pues una pelota. Es cuestión de entenderles, de ponerse en su piel y saber que su vida hasta ahora ha sido muy difícil, y que por desgracia sólo ella sabe lo que le pasó.
Whitney, volveremos a vernos! ;-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario