miércoles, 5 de octubre de 2011

La silla vacía




Esta noche no he dormido pensando en si Rubita estaría bien, me despertaba a cada rato.

Me he levantado y lo primero que he hecho ha sido mirar hacia su cama de estos últimos días.
Pero ella ya no estaba ahí, ni lo estaba pasando mal…
Ayer por la tarde se nos murió. Y se murió con nosotros mirándola, sin saber qué hacer, tan discretamente como vivió, casi sin un maullido, como quien no quiere molestar.

Ahora no me salen las palabras, estoy triste por no tenerla aquí y enfadada, enfadada porque la vida es muy injusta para ellos, porque no se merecen sufrir así. Es una mierda.

Justo la noche antes se incorporó y fue al comedero en el que tenía un poco de comida. Parecía que quería comer. Durante unas horas, la esperanza volvió a adueñarse de nuestros corazones. Pero no sirvió de nada. Y justo ayer, en el Día de san Francisco de Asís, patrón de los animales, nos dejó. (no es que crea en esto de los santos, pero  me gusta que tengan un día para ellos :-) )

Cuando cogimos a Rubita para ingresarla en julio pusimos una silla en mitad del porche por comodidad nuestra, para meterla en el transportín. Esa silla se quedó ahí y desde que volvió se adueño de ella. Dormía ahí, jugaba a esconder juguetes entre las patas. Por la noche dormía en el cojín y por las tardes en el suelo entre las barras, ¿incómodo? Pues eso pensábamos, ¡pero ella estaba la mar de feliz!

La vamos a echar mucho de menos, y Sita está muy triste… Este año y medio con ella en casa será inolvidable. Por ser la primera en llegar, por ser la gata más buena y tranquila del mundo, por perdonarme los pellizcos en el culillo al pensar que era Phoebe. Y por regalarnos sus últimos días de vida teniéndola en casa.
Estos casi 3 meses de vida que nos regaló han sido de los más bonitos de todos. La vimos revivir en una semana y recuperó todas las ganas de jugar, de comer, de vivir… que parecía haber perdido días antes.
La silla volverá a su antiguo sitio, pero ya será para siempre la silla de Rubita.


Este poema de Miquel Martí i Pol refleja a la perfección el sentimiento de pérdida y vacío que nostros y todas las personas que amamos a los animales sentimos cuando uno de nuestros pequeños ángeles nos deja.

En su memoria…


Em costa imaginar-te absent per sempre.
Tants de records de tu se m'acumulen
que ni deixen espai a la tristesa
i et visc intensament sense tenir-te.
No vull parlar-te amb veu melangiosa,
la teva mort no em crema les entranyes,
ni m'angoixa, ni em lleva el goig de viure;
em dol saber que no podrem partir-nos
mai més el pa, ni fer-nos companyia;
però d'aquest dolor en trec la força
per escriure aquests mots i recordar-te.
Més tenaçment que mai, m'esforço a créixer
sabent que tu creixes amb mi: projectes,
il.lusions, desigs, prenen volada
per tu i amb tu, per molt distants que et siguin,
i amb tu i per tu somnio d'acomplir-los.
Te'm fas present en les petites coses
i és en elles que et penso i que t'evoco,
segur com mai que l'única esperança
de sobreviure és estimar amb prou força
per convertir tot el que fem en vida
i acréixer l'esperança i la bellesa.


Tu ja no hi ets i floriran les roses,
maduraran els blats i el vent tal volta
desvetllarà secretes melodies;
tu ja no hi ets i el temps ara em transcorre
entre el record de tu, que m'acompanyes,
i aquell esforç, que prou que coneixes,
de persistir quan res no ens és propici.
Des d'aquests mots molt tendrament et penso
mentre la tarda suaument declina.
Tots els colors proclamen vida nova
i jo la visc, i en tu se'm representa
sorprenentment vibrant i harmoniosa.
No tornaràs mai més, però perdures
en les coses i en mi de tal manera
que em costa imaginar-se absent per sempre.


Miquel Martí i Pol

5 comentarios:

  1. El poema de Martí i Pol es el mejor resúmen, el mejor homenaje, y las más bonitas palabras que se pueden dedicar a Rubita.

    Queda el consuelo de que vivió feliz, y que murió en paz.

    Y fíjate que, siendo una gata salvajilla, agreste, y que siempre iba a su bola, os escogió a vosotros y a sus hermanos para irse en paz; para mi, es algo por lo que deberíais sentiros muy honrados, muy orgullosos. Quiso morir entre los que más la querían, entre los que la llevarán para siempre en su corazón.

    La voy a echar muchísimo de menos, así que me imagino, ni que sea de lejos, cómo debéis estar.

    Hasta siempre, pequeña.

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  2. Se me han saltado las lágrimas y me ha hecho acordar mucho de mi Cueta que hace ya medio año que se fue y todavía siento su vacio.
    Que descanses en paz Rubita preciosa.

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  3. Me acabo de enterar...

    A mí también se me han saltado las lágrimas con el poema.

    He oído infinidad de veces decir a la gente que, tras la muerte de un compañero felino o canino, se niega a volver a tener otro en su vida. Deciden este tipo de cosas porque no quieren volver a sufrir. Y así es: de esa forma reducen el riesgo de volver a pasar noches en vela cuando un ser querido está enfermo, evitan el miedo a perder, se ahorran lágrimas y creen que así van a vivir más tranquilos. Pero, ¿y más felices?

    En vuestro caso, las probabilidades de sufrir todo eso son altas, ya se sabe, pues tenéis a muchos pequeños seres queridos de los que preocuparos.

    Sin embargo, con una decisión como la que la gente suele tomar también se consigue apartar para siempre la posibilidad de amar un poco más.

    Creo que no cambiaríais, por nada del mundo, los momentos de juego, los ronroneos en la almohada, las coloridas y vivarachas miradas desde cualquier rincón, el amor que os dan y que les entregáis a ellos. No creo que quisieseis cambiar eso por nada del mundo, ni siquiera por dejar de sufrir en momentos como éste.

    Lo que habéis hecho por Rubita es admirable para los que os apoyamos, pero para vosotros mismos es muchísimo más importante: la habéis cuidado con todas vuestras fuerzas, le habéis dedicado vuestro tiempo, vuestros pensamientos... La habéis amado incondicionalmente.

    Y gracias a que no sois egoístas como el resto continuaréis preocupandoos por ellos, velando por su bienestar, llorando a veces y, sobre todo, cultivando y viviendo plenamente el cariño que se respira en Kan Chispis.

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  4. Preciosas las palabras Montse, me he emocionado. Descansa en paz Rubita, quiero creer que existe "un cielo de gatos" ahora jugaran juntas Rubita y mi adorada gata Miqui.

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  5. Yo siempre dije cuando se murió mi Jacky que nunca más tendría a ningún perro en casa, nunca me compensó lo mal que lo pasamos con haber disfrutado de él (por llamarlo de alguna manera :-P) durante unos años.
    Pero circunstancias de la vida me han llevado a esto, y siempre, siempre! cuando pasa algo me cago en todo, quiere pasar de gatos, de perros, de caracoles... Pero sólo me dura un momento. Porque hay varias vidas que esperan su cena, sus caricias o cualquier otra cosa.
    Nos esperan muchos disgustos, eso seguro. Pero yo sé que tengo unos mimillos asegurados cada día, esa es la recompensa.

    ¿Cielo para ellos? Seguro. Se lo merecen!

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