Éramos invisibles a ojos de los asesinos, de los
maltratadores, de gente mierda en definitiva, gente que rondan entre los 8 y
los 70 años.
Tan sólo dos horas antes estábamos pisando la misma tierra
que pisaría un toro, un toro que iba a vivir un dolor y un miedo inimaginable,
un dolor que sólo serviría para divertir a un montón de mierdas que disfrutan
con el dolor ajeno.
Se ríen cuando el toro intenta escapar, se ríen mientras le
lanzan montones de petardos. Imaginad... Qué risa, eh!
Y allí estábamos, en un pueblo precioso lleno de putos
locos. Niños con mirada de odio, niños que ayudaban a preparar todo el material
para torturar al toro. Unos niños que dentro de unos años serán maltratadores y
todos se preguntarán el por qué.
Medinaceli, como tantos otros pueblos debe desaparecer, y
desaparecer con toda su gente dentro, claro.
Quien pega, tortura, maltrata, acosa, asesina a un ser vivo
como diversión no merece vivir. ¿Radical? Uh! Un montón!!
Pero prefiero ser radical a callar la boca diciendo 'es lo
que hay'.
No me arrepiento de haber ido, éramos pocos y parecíamos
invisibles, pero nosotros estuvimos. Y donde hoy somos 30, mañana seremos 100.
Gracias a Amnistía Animal por organizarlo, gracias a todos
los que estuvimos allí.
Y muy especialmente al PACMA y a todas las Asociaciones
ANIMALISTAS que se plantaron ahí dentro de la plaza con nosotros. Ah! Ups! Que
no!! Perdón!! QUE NO FUE NI EL TATO!! Ni el PACMA ni nadie. ¡Ahí vuestros
santos cojones!
Radicales de los cojones, luego no critiquéis que una
persona que coma carne vaya a una manifestación antitaurina, no volváis a
hacerlo delante de mí, porque vosotros, los defensores de los animales no
estuvisteis y debíais estar. Y eso sí es una vergüenza.
Y un apunte más... Desde Facebook, dándole a 'compartir' poniendo 'DF',
dándole a 'me gusta' no arregláis nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario